28 diciembre, 2006

Tercera Parte

19 de octubre del 2006:

En una ceremonia celebrada en el Auditorio Nacional, la entrega de los Premios y Reconocimientos a la Calidad y la Innovación Gubernamental 2006, Vicente Fox hace algunas declaraciones que se antojan bastante cínicas, pletóricas de la hipocresía que caracterizó a su “gobierno del cambio”. Una de ellas es su afirmación rotunda de que “Sentamos las bases para un gobierno más honesto y más transparente. Pusimos fin a la opacidad en la administración pública federal”. Pero como ya se asentó anteriormente, Vicente Fox le deja a su sucesor un total de 5 millones 147 mil 293 archivos ocultos. ¿A esto le llama el fin a la opacidad en la administración pública federal? Otra declaración suya es su afirmación rotunda de que su gobierno “erradicó” el amiguismo. Él mejor que nadie debería saber que está mintiendo, puesto que fué Vicente Fox quien metiendo a muchos de sus amigos militantes en la extrema derecha mexicana en muchos puestos dentro del gobierno federal lo dejó infestado con gente extraordinariamente peligrosa y fanática, sin importarle en lo más mínimo las consecuencias que esto pudiera acarrearle al país en inclusive al resto de Latinoamérica a largo plazo.

Buscando lavar sus culpas y pecados por su ilegal intromisión junto con otras empresas particulares en los procesos electorales, la empresa Sabritas publica una tardía aclaración en un gran desplegado publicado en varios diarios de circulación nacional, tres meses después de las acusaciones formuladas públicamente en contra de dicha empresa. Es que ahora que los procesos electorales han quedado atrás, para los dueños y accionistas de Sabritas es tiempo de "hacer las paces" con todos los consumidores de los productos Sabritas -especialmente con quienes simpatizaban con el candidato de la izquierda López Obrador-, tratando de convencer a todos de seguir comiendo sus productos chatarra condenados duramente por casi todos los nutriólogos de México.


24 de octubre del 2006:

La Presidencia de México anuncia que, por vez primera, no habrá el tradicional desfile cívico que se celebraba cada año en el 20 de noviembre, el aniversario para conmemorar a la Revolución Mexicana que depuso al tirano Porfirio Díaz que estuvo posesionado del poder por espacio de 30 años, un día nacional con una larga historia de celebraciones a lo largo de siete décadas ininterrumpidas. Para la cancelación inesperada del evento, poniendo fin a una tradición de 76 años iniciada en 1930, se argumenta entre otras cosas que el desfile está obsoleto y que “México está inmerso en un proceso de profundas transformaciones que conducen a consolidar la vida democrática, lo cual lleva a replantear la pertinencia de ciertos “ritos” y la necesidad de revalorar las fechas significativas”. El desfile, una magna fiesta pública en espacio abierto a la cual cualquier ciudadano podía asistir, será subsituída por en una “ceremonia cívica” en la residencia oficial de Los Pinos, una zona restringida a la cual los ciudadanos comunes no tienen acceso, una ceremonia en la cual el acto central será el mensaje de un Presidente vanidoso y ególatra, ávido por seguir acaparando sobre sí los reflectores cuando le quedan tan solo cinco semanas en su cargo. Lo cual invita a una reflexión profunda: ¿recordó ante ésto algún panista aquellos tiempos en los que los líderes del PAN repudiaban los actos fastuosos propios del culto a la personalidad practicado por dictadores comunistas como Josef Stalin y Kim Il Sung?

De cualquier modo, pese a las explicaciones dadas por el vocero de la Presidencia, hay otra muy buena razón por la cual el histórico desfile del 20 de noviembre ha sido cancelado. El candidato presidencial de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, desde mucho antes de que se cancelara el evento, había seleccionado esta fecha para su investidura simbólica como el verdadero Presidente de México a quien se le despojó de su triunfo por la vía de un fraude orquestado desde varios frentes. La cancelación del desfile del 20 de noviembre permite anticipar una notoria reducción en la cantidad de la gente que usualmente se juntaba en el Zócalo de la Ciudad de México para presenciar el desfile, gente que posiblemente se habría quedado para la toma de posesión simbólica de López Obrador de su cargo como Presidente de México. Naturalmente, el vocero de Los Pinos negó que en la decisión hubiera influido el hecho de que el ex candidato presidencial de la coalición Por el Bien de Todos, López Obrador iba a ser declarado "presidente legítimo" por aclamación popular precisamente en ese día. Pero una cosa es absolutamente cierta: Vicente Fox tuvo los cinco años anteriores (2001, 2002, 2003, 2004 y 2005) para cancelar el tradicional desfile, y pudo haber argumentando en cualquiera de esos cinco años exactamente las mismas razones que ahora dá para cancelarlo. ¿Por qué ahora sí y antes no? De nueva cuenta, la presencia de López Obrador en el escenario surge como única respuesta lógica.

La cancelación del evento es calificada por varios analistas prominentes como una clara manifestación del espíritu contra-Revolucionario que siempre ha distinguido a la derecha y a su asociada ultraderecha. Baste recordar que cuando el pueblo de México se levantó en armas en contra del dictador absolutista Don Porfirio Díaz, había una distribución de la riqueza muy desigual entre las clases sociales, con la mayor parte de la riqueza del país concentrada en unas cuantas manos (fenómeno que se acrecentó con el ascenso de la derecha al poder en el 2000) a grado tal de que los latifundistas que acaparaban grandes extensiones de terreno podían jactarse como lo hiciera un Gobernador de Chihuahua de triste memoria quien decía: “Yo no soy de Chihuahua, Chihuahua es mío”.

La cancelación del evento también es repudiada por deportistas mexicanos tan destacados como Soraya Jiménez, la primera y única campeona olímpica mexicana en la historia, la cual declaró ante la Agencia Reforma: “Es muy lamentable porque muchos mexicanos están esperanzados a ver a sus ídolos deportistas ese día. No sé cuales sean los motivos, pero se me hace que está mal hecho cancelarlo a menos de un mes”; y por Oscar Salazar, medallista en Atenas 2004, quien declara también ante Agencia Reforma que: “Es algo triste porque es uno de los eventos que ya era tradición y está dedicado 100 por ciento para los deportistas. Dicen que por ahorro (¿?), que no tenía razón de ser (¿?), que muchos ya no querían ir (¿?), pero para mí es evento importante y a mí jamás me obligaron a ir”.

Pero la cancelación del evento no solo es repudiada por los deportistas mexicanos quienes con su presencia hacían brillar el evento. Al repudio también se sumaron millares de comerciantes capitalinos quienes contaban de antemano con la asistencia de los muchos compradores potenciales en los comercios que en otros años inundaban las calles de la ciudad al asistir a presenciar el evento y de paso realizar algunas compras. Y citando unas observaciones hechas por el articulista José Luis Vallejo en septiembre del 2006, aquí fue notorio el silencio sepulcral de las poderosas asociaciones civiles que escondidas en el anonimato estuvieron lanzando por televisión “spots” publicitarios en contra de la coalición Por el Bien de Todos por impedir con el “plantón” la circulación vehicular sobre el Paseo de la Reforma, las cuales se presentaron como los defensores altruistas de la gente que trabaja en las oficinas y los negocios en aquel sector, callando sin embargo no solo ante la cancelación del desfile del 20 de noviembre sino también ante el impresionante e ilegal despliegue de fuerzas federales encabezadas por el Estado Mayor Presidencial que sitiaron durante más de dos semanas el Palacio Legislativo de San Lázaro y sus alrededores con las obvias afectaciones a los ciudadanos que viven en las colonias aledañas a la Cámara de Diputados. Y es que, cuando se trata de mantener una predominancia política, la ultraderecha no vacila en salir “a la defensa” de los pequeños y medianos comerciantes usándolos como justificante para golpear a sus adversarios de la izquierda, pero cuando hay otros intereses mayores en juego, esta misma ultraderecha no vacila en lastimar los intereses y los bolsillos de esos mismos comerciantes de los cuales anteriormente se había erguido como dizque defensora. Todo esto confirma lo que ya se sabe sobre la comunidad ultraconservadora de México, la extrema derecha mexicana no tiene amigos, sólo tiene intereses, y esos intereses son los suyos propios.

La cancelación del evento es también una bofetada para el “izquierdista” Cuauhtémoc Cárdenas, quien faltando menos de dos semanas para las elecciones presidenciales del 2006 había recibido de la Presidencia de México -¿como un premio por haber abandonado solo a su suerte a Andrés Manuel López Obrador?- el “honroso” encargo de organizar los actos conmemorativos del bicentenario del inicio de la Independencia de México (1810) y el centenario del inicio de la Revolución Mexicana. Naturalmente, ya pasadas las elecciones y habiéndose logrado el exigüo triunfo del candidato presidencial del PAN, cuando el apoyo crucial que Cuauhtémoc Cárdenas pudiera haberle dado a López Obrador ha quedado reducido a un valor nulo, cuando el Yunque y Vicente Fox no tienen ya razón alguna para temer la influencia de Cuauhtémoc Cárdenas como factor decisivo en el proceso electoral, ahora sí se pueden dar el lujo de darle a Cuauhtémoc Cárdenas una importancia sumamente reducida sin tomarlo en cuenta para nada en la decisión de la cancelación del desfile conmemorativo del 20 de noviembre. No faltarán quienes digan que esta descortesía insultante hacia Cuauhtémoc Cárdenas dejándolo en el más espantoso ridículo era algo que él se tenía bien merecido, como lo tienen en situación similar todos los traidores a los principios por los cuales lucharon sus propios padres. Abandonado por todos aquellos izquierdistas que lo tenían como su ídolo y que en otros tiempos hubieran dado su vida por él, y faltando tan sólo cinco días para la conmemoración del aniversario de la Revolución Mexicana del 20 de noviembre cuyo desfile fue cancelado a perpetuidad por Vicente Fox, Cuauhtémoc Cárdenas reaccionando en forma demasiado tardía presentará su renuncia al cargo simbólico que le fue conferido por uno de los Presidentes más frívolos e irresponsables que haya padecido México en su historia.

Además de la cancelación del desfile histórico del 20 de noviembre, Cuauhtemoc Cárdenas recibirá de hecho otra bofetada cruel por parte de un PAN-Yunquismo en el poder ansioso de cobrar en el hijo las cuentas pendientes de la ultraderecha con su padre el General Lázaro Cárdenas, al cual los neofascistas mexicanos siempre han aborrecido y detestado: Se le hizo creer por varios medios a Cuauhtemoc Cárdenas que él estaba siendo considerado para ser incluído en un puesto alto del gabinete presidencial, en donde tendría la opción de escoger ser el Director de la paraestatal PEMEX -¿qué mayor honra, qué mayor privilegio, qué mayor distinción, que presidir precisamente el organismo nacional creado a raíz de la expropiación petrolera emprendida por su padre el Presidente Lázaro Cárdenas?- o, mejor aún, ser el próximo Secretario de Energía. Pues bien, a fin de cuentas, ¡no le darán nada, absolutamente nada!. El puesto de Director de PEMEX será a fin de cuentas confirmado el 2 de diciembre del 2006 para otro político, Jesús Reyes Heroles. Mientras que el puesto principal en la Secretaría de Energía será para Georgina Kessel, una designación dada a conocer precisamente dos días después del aniversario del "cancelado" desfile del 20 de noviembre. Para Cuauhtemoc Cárdenas... ¡nada! Ni una migaja siquiera. Todas las “filtraciones” a la Prensa no fueron más que “farolazos” que se dieron deliberadamente para ilusionarlo, para burlarse de él, no fueron a fin de cuentas más que una tomada de pelo. De vivir aún el General Lázaro Cárdenas, posiblemente habría caído muerto nuevamente del coraje por esta cauda de humillaciones cobradas no en él sino en su propio hijo. Pero a fin de cuentas... ¿no se había hecho acreedor a estas burlas Cuauhtemoc Cárdenas al convertirse en pivote importante para ayudarle a los enemigos acérrimos de su propio padre a afianzarse en el poder?

Naturalmente, otros estados de la República gobernados por políticos emanados del PRI y del PRD se negarán a seguirle el juego al desvariante Vicente Fox en esta cancelación del desfile histórico del 20 de noviembre, sobre todo en estados como Chihuahua (la cuna de la Revolución Mexicana e, irónicamente, una de las plataformas más importantes para la ultraderechista Organización Nacional del Yunque en su infiltración del Partido Acción Nacional que culminaría con la conquista del poder presidencial en el año 2000).

Y mientras Vicente Fox acaba de un plumazo una larga tradición del pueblo mexicano, la misma Secretaría de Hacienda proyecta que para el 2007 el crecimiento del Producto Interno Bruto será en el mejor de los casos un mediocre 3.5 por ciento, la mitad del 7 por ciento que Vicente Fox había prometido como candidato presidencial, un 7 por ciento que nunca se cumplió en los seis años de un México gobernado por la derecha y la ultraderecha aplicándose a rajatabla las mismas políticas neoliberales legadas por Miguel de la Madrid Hurtado y Carlos Salinas de Gortari. Y el mismo día en que la tradición conmemorativa del 20 de noviembre es borrada de un solo golpe, las autoridades norteamericanas recuperan los cadáveres de cuatro hombres jóvenes y una mujer, cuyos cuerpos fueron descubiertos flotando en el agua por lugareños de una ranchería cercana a la presa Falcón y al río Bravo, presumiblemente mexicanos indocumentados que murieron al huír de su país desesperados por hambre y por la falta de oportunidades de empleo. ¿Cuántos de ellos habrán votado cuatro meses atrás por el candidato presidencial de la derecha y la ultraderecha Felipe Calderón, asustados por la intensa campaña mediática que advertía que López Obrador era un peligro para México porque si ganaba López Obrador entonces habría hambre y desempleo en México?

Y al otro lado del mundo, el mismo día en el que la derecha y la ultraderecha representadas en la persona de Vicente Fox le quitaban a México una de sus más importantes celebraciones, en Alemania se abrió una exposición titulada “Medicina Mortal: la locura racial del nacionalsocialismo”, documentando los extremos a los cuales puede llevar la paranoia fanática inculcada en profesionales con educación universitaria que terminan perdiendo toda perspectiva de la realidad al ponerse a leer sin pensar con sentido crítico y objetivo la propaganda con la cual sus mentes son reprogramadas para ponerlos al servicio del lado obscuro de la Fuerza.


29 de octubre del 2006

La hora de ir cerrando por fin el conflicto magisterial de Oaxaca ha llegado. Lo que antes era útil ha dejado de serlo. Lo que antes era útil es hoy un estorbo innecesario, y empezarán a suceder varios hechos que irán revelando poco a poco lo que realmente ocurrió en las cúpulas del poder.

Usando como justificante el asesinato a sangre fría ocurrido en circunstancias extrañas del periodista norteamericano Bradley Roland Will:





del medio de comunicación Independent Media Center, mejor conocido como Indymedia, tropas federales entran a la ciudad de Oaxaca desalojando a los integrantes de la APPO, mientras que los alumnos y maestros comienzan a acudir al inicio de clases. Aunque inicialmente se trata de inculpar a los integrantes de la Asamblea Popular de Pueblos de Oaxaca (APPO) por el asesinato del periodista norteamericano, ésta versión se estrella directamente contra el hecho de que Bradley Roland Will simpatizaba con la lucha emprendida por muchos oaxaqueños para sacar del poder al Gobernador priista Ulises Ruiz Ortiz, y de hecho Bradley Roland Will era reconocido por todos los miembros de la APPO quienes lo consideraban como un amigo de ellos. La confirmación de estos hechos obliga forzadamente a que las explicaciones semi-oficiales del crimen sean desviadas hacia gente afín al régimen del Gobernador priista de Oaxaca tratando de insinuar que el crimen pudiera haber sido ordenado por el Gobernador priista Ulises Ruiz con el fin de forzar la intervención armada del gobierno federal. Sin embargo, esta aserción tampoco es muy creíble por el simple hecho de que nadie mejor que Ulises Ruiz sabe perfectamente bien que el gobierno federal panista está buscando alguna justificante para removerlo de su cargo, y un crimen de Estado ordenado por él sería el argumento perfecto. Además, una maniobra de esta índole sería sumamente arriesgada para Ulises Ruiz estando consciente de que su administración debe estar siendo objeto de un espionaje intenso -al igual que como ha ocurrido en su momento a otros Gobernadores priistas como Patricio Martínez García y Mario Marín Torres- por parte de agentes federales del CISEN o de la PGR, y una grabación telefónica o un video furtivo filtrado a los medios bastaría para acabar con Ulises Ruiz (recuérdese lo que le sucedió a gente cercana a Andrés Manuel López Obrador en marzo del 2004, dos años antes de las elecciones presidenciales cuando López Obrador ya se perfilaba como un hombre fuerte que podía sacar a la derecha y a la ultraderecha del poder). Si Ulises Ruiz o alguien cercano a él hubiera tenido algo que ver con el crimen del periodista norteamericano, el gobierno federal panista lo estaría desintegrando inmisericordemente. La eliminación de las dos explicaciones al crimen del periodista nortemericano (1) el crimen fue cometido por gente de la APPO, (2) el crimen fue ordenado por el Gobernador priista de Oaxaca Ulises Ruiz, deja abierto el camino a una tercera hipótesis mucho más estremecedora: la versión de que al periodista norteamericano lo hayan matado a sangre fría yunquistas o inclusive miembros de los grupos de choque de la sociedad ultraderechista "Tecos" de la Universidad Autónoma de Guadalajara actuando en misión secreta, con el fin de proporcionar un pretexto al gobierno federal panista para el empleo de las fuerzas públicas federales con el fin de reprimir a sangre y fuego a “sus” enemigos. En cuanto a la cuarta hipótesis, la hipótesis oficial que se empieza a manejar, según la cual unos individuos arrestados que nada tenían que ganar personalmente y si mucho que perder con la ejecución pública a la luz del día del periodista norteamericano, fueron los que actuaron como autores materiales de la ejecución. El tiempo y sólo el tiempo dirá que tan creíble y válida habrá de resultar esta solución oficial al problema del asesinato de Bradley Roland Will usada para darle carpetazo al expediente.


30 de octubre del 2006

El gobierno de la Ciudad de México, emanado del PRD, anuncia que sí habrá desfile el 20 de noviembre, pero esta vez organizado por el gobierno capitalino; ese desfile al cual Vicente Fox calificó a través de su vocero como un desfile "obsoleto", "oneroso", y con "poca asistencia", ese desfile tradicional al cual quiso borrar de golpe y plumazo en una actitud frívola y autoritaria reminiscente de los caprichos a los que otros Presidentes anteriores a él estaban acostumbrados a que se obedecieran sin chistar. Para este desfile, en esta ocasión, no se vislumbra forma en la cual Vicente Fox pueda tener el atrevimiento, el cinismo y la desfachatez necesarios para asistir al palco de honor para presenciar el mismo desfile al cual quiso acabar en definitiva por capricho propio. Tampoco se vislumbra intención alguna en el gobierno capitalino para hacer partícipe del evento al demeritado ex-líder "moral" de la izquierda Cuauhtémoc Cárdenas, abandonado a su suerte en esta circunstancia por el gobierno federal panista y aborrecido por la gran mayoría de los izquierdistas del país.

Mientras tanto, en Europa, Alemania celebra la caída del Muro de Berlín, el símbolo del colapso del bloque soviético, el símbolo del ocaso del marxismo-leninismo como doctrina económica viable, con lo cual la extrema derecha quedó privada de su principal bandera: la fantasiosa conspiración comunista planificada y llevada a cabo por judíos sionistas intrigantes por el dominio total del globo terráqueo.


3 de noviembre del 2006

En este día, faltando tan sólo cuatro semanas para que llegue a su conclusión el sexenio frívolo del pro-Yunquista pro-ultraderechista de Guanajuato Vicente Fox, Andrés Manuel López Obrador, a quien millones de mexicanos consideran como el verdadero Presidente electo de México, presenta lo que él llama su gabinete presidencial, con los cargos distribuídos de la siguiente manera:

Secretaría de Relaciones Políticas: José Agustín Ortiz Pinchetti.

Secretaría de Relaciones Internacionales: Gustavo Iruegas.

Secretaría de Justicia y Seguridad: Bernardo Bátiz Vázquez.

Secretaría para la Honestidad y Austeridad Republicana: Octavio Romero Oropeza.

Secretaría de la Hacienda Pública: Mario Alberto di Costanzo Armenta.

Secretaría de Desarrollo Económico y Ecología: Luis Linares.

Secretaría del Patrimonio Nacional: Claudia Sheinbaum Pardo.

Secretaría del Trabajo: Bertha Elena Luján Uranga.

Secretaría para el Estado de Bienestar: Martha Elvia Pérez Bejarano.

Secretaría de Educación, Ciencia y Cultura: Raquel Sosa Elizaga.

Secretaría de Salud: Asa Cristina Laurell.

Secretaría de Asentamientos Humanos y Vivienda: Laura Itzel Castillo Juárez.

En la ceremonia de presentación de su gabinete presidencial, López Obrador hace una obvia alusión a Cuauhtémoc Cárdenas al arremeter en contra de “los dirigentes políticos que en otros tiempos defendieron causas populares pero ya se cansaron de pensar y de ser como eran”. De hecho, esta es una crítica sumamente moderada, porque afuera en las calles de México todos los simpatizantes de los proyectos sociales de la izquierda se la pasan echando pestes en contra de Cuauhtémoc Cárdenas, a quien consideran una nueva versión de Antonio López de Santa Anna, a grado tal de que la única esperanza que podría tener en lo que le queda de vida de lograr algún cargo público remunerado sería recibiendo algún “premio de consolación” concedido por el Partido Acción Nacional, por la misma derecha y ultraderecha que le robó a él su triunfo presidencial en 1988 y a las cuales tanto atacó en otros tiempos y con las cuales se enfrentó su propio padre el General Lázaro Cárdenas.

Por su parte, el Fondo Monetario Internacional ha dado a conocer un documento titulado “Perspectivas Económicas: Las Américas”, en el cual se vaticina que, para el primer año de gobierno de Felipe Calderón, el 2007, México será de los países que menos crecerán en América Latina. De acuerdo con el documento, el Producto Interno Bruto (ese Producto Interno Bruto que el demagogo pro-Yunquista Vicente Fox había prometido hacer crecer a un ritmo de siete por ciento anual ya con la derecha y la ultraderecha encubierta instaladas en el poder) de México se expandirá a 3.3 por ciento, mientras que el promedio para América Latina será de 4.3 por ciento. Chile crecerá 5.5 por ciento, Brasil 4 por ciento, Argentina 6 por ciento y Venezuela 3.7 por ciento. Por abajo de México sólo se ubican Ecuador, con 3.2 por ciento y Jamaica con 3 por ciento. Esto sumado a las nuevas políticas norteamericanas anti-inmigrantes y la construcción de un enorme muro fronterizo que impedirá que millones de mexicanos puedan escapar hacia los Estados Unidos para huír del hambre y la miseria se convierte todo en un negro “presente navideño” del destino para el pueblo de México y sobre todo para Felipe Calderón quien de cualquier manera se prepara para ser instalado como Presidente el ya cercano primero de diciembre del 2006.

Faltando poco menos de un mes para que Felipe Calderón se instale en Los Pinos como Presidente de México, sigue pendiente aún el asunto del conflicto en Oaxaca, el cual más que un conflicto magisterial se ha convertido ya en un conflicto social en donde la Asamblea Popular de Pueblos de Oaxaca (APPO) continúa desempeñando un papel importante, encabezando su lista de demandas con la exigencia de la remoción de Ulises Ruiz como Gobernador de Oaxaca. En lo que respecta a la parte magisterial del conflicto, la promesa de los generosos aumentos “obtenidos” (¿?) por la lideresa sindical del SNTE Elba Esther Gordillo para sus agremiados así como el gran garrote con el cual la "maestra" está fomentando tras bambalinas la creación de otra sección magisterial alterna a la sección 22 del SNTE en Oaxaca que encabeza Enrique Rueda, la sección 59, ha ocasionado que la APPO se vaya quedando sola en sus diferendos contra el gobierno estatal de Oaxaca y el gobierno federal panista. La “maestra” está cumpliendo con su parte, y pronto se sabrá que como resultado de sus maniobras ocultas, en una reunión a puerta cerrada los Consejeros del SNTE -todos ellos incondicionales de Elba Esther Gordillo- avalarán por unanimidad sin disensión alguna otorgar a la nueva sección 59 la capacidad de poder negociar directamente con el Instituto Estatal de Educación Popular de la entidad, dándoseles a los maestros que integran la nueva sección 59 el derecho para manifestarse en contra de la 22 sección encabezada por Enrique Rueda. Los 21 cargos de la nueva sección 59 serán repartidos entre las tres principales corrientes del Consejo Central de Lucha (cuya lucha de aquí en adelante será simplemente una lucha de membrete): Convergencia Magisterial Oaxaqueña (COMAO); Colectivo Primero de Mayo y el Colectivo por la Democracia y la Educación, y entre las atribuciones que tendrá ésta nueva sección magisterial será la de poder disputarle a la sección 22 la titularidad del contrato colectivo de trabajo. En realidad, la intención final es el aniquilamiento de la sección 22. Sin embargo, los problemas creados por la APPO subsisten, y hace falta una justificante, un pretexto, que le permita al gobierno federal panista-Yunquista endurecer su postura. El asesinato a mansalva del periodista norteamericano Bradley Roland Will en circunstancias extrañas por sí sólo ha dejado de ser razón suficiente para justificar una escalada represiva. Esta justificante llegará muy pronto, en la forma de unos atentados terroristas.


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POST SCRIPTUM:


En el caso del asesinato del periodista norteamericano Bradley Roland Will, el cual el gobierno derechista-ultraderechista de Felipe Calderón todavía hasta mediados del 2012 ha estado cargando como una piedra en el zapato después del muy cuestionado y controvertido ascenso de Felipe Calderón a la silla presidencial, dió un giro inesperado cuando se anunció a finales de mayo del 2012 la detención del presunto homicida, el cual cómodamente y para beneficio de la propaganda de la extrema derecha, tiene como nombre el de Lenin, el famoso revolucionario ruso (es el nombre que le pusieron sus padres, esto no significa que el detenido sea un ruso o que simpatice con el comunismo al estilo soviético). Llama poderosamente la atención el hecho de que la sorprendente detención se dió después de que por seis años el expediente del caso permaneciera debidamente congelado sin que se hiciera absolutamente nada al respecto, y que el caso súbitamente se resolviera faltando unas cuantas semanas para la celebración de las elecciones presidenciales el primero de julio del 2012 en las cuales, ahora sí y pese a las campañas negras mediáticas construídas para la candidata oficialista Josefina Vázquez Mota por el gachupín de ultraderecha Antonio Solá, se anticipaba una derrota espectacular del ultraderechizado Partido Acción Nacional como castigo popular aplicado en las urnas por 12 años de estancamiento y declive del país, dando pie a que varios analistas calificaran la detención como algo de carácter puramente electorero (el Gobernador de Oaxaca logró su puesto con el apoyo que le dieron Felipe Calderón y el PAN). Sin embargo, y en forma igualmente espectacular, se comenzó a caer el teatro cuando salieron a flote las pifias en las que se incurren cuando en un caso complicado en el cual hay 100 detalles no se cubren debidamente los 100 detalles dejándose pendientes dos o tres por resolver, que son los que a fin de cuentas hacen que se caiga el teatro, como podemos verlo en la siguiente nota:

Mienten en caso Brad will: presunto asesino estaba detenido desde hace más de dos meses
Pedro Matías
Agencia APRO
25 de mayo del 2012

El presunto asesino del periodista estadunidense Bradley Roland Will, Lenin Emilio Osorio Ortega, fue detenido el pasado 9 de marzo y no el 23 de mayo, como anunciaron el gobernador Gabino Cué y el procurador general de Justicia del estado, Manuel de Jesús López.

El miércoles 23, tanto el gobernador como el procurador declararon en diversas entrevistas que Osorio Ortega fue detenido la mañana de ese día alrededor de las 07:30 horas por el presunto delito de homicidio calificado, después de más de un año de investigaciones.

Sin embargo, un comunicado de la PGJE emitido el pasado 9 de marzo da cuenta de la detención de Osorio Ortega, junto con tres personas más por el delito de portación de arma de fuego.

“A disposición de las autoridades correspondientes quedaron Jorge Alan Jarquín Martínez, Paulino Ramos Zárate, Lenin Emelio Osorio Ortega y Joel Robles Pacheco luego de haber sido detenidos en distintas intervenciones por elementos de la Policía Estatal en sus recorridos de seguridad y vigilancia diarios”, se lee en el comunicado oficial.

En el caso particular de Osorio Ortega, la Procuraduría detalló:

“Posteriormente, en la colonia Las Flores de Santa Lucía del Camino, al encontrarle fajada a la cintura una pistola marca Llama, calibre .22 mm, con un cargador de nueve cartuchos útiles y uno en la recámara; los uniformados procedieron a la detención de Lenin Emelio Osorio Ortega de 36 años”.

Dicho comunicado se puede leer todavía en algunos medios digitales;

http://www.nssoaxaca.com/policiaca/30-general/1490-cinco-sujetos-detenidos-y-dos-vehiculos-recuperados-por-la-pe

A pesar de ello, el pasado miércoles 23 el gobernador anunció que la detención del presunto asesino del periodista estadunidense victimado el 27 octubre de 2006, durante un enfrentamiento entre priistas e integrantes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), ocurrió la mañana de ese mismo día.

Incluso, el procurador Manuel de Jesús López López ofreció una conferencia de prensa para detallar los pormenores de la detención del presunto asesino de Brad Will.

El procurador dijo que el presunto culpable fue identificado a través de grabaciones y fotografías que se generaron durante el enfrentamiento suscitado en octubre de 2006, y que los disparos se realizaron a una distancia de 43 metros, como lo habían anticipado la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y la familia del camarógrafo de Indymedia.

El procurador aseguró que el homicidio fue perpetrado por un “asesino solitario” y que fue producto de la revuelta que se suscitó entre miembros de la APPO y priistas.

En las investigaciones iniciales del caso fueron detenidas dos personas como presuntas culpables de ese homicidio; sin embargo, quedaron en libertad por falta de elementos.

Posteriormente, el 16 de octubre de 2008 fue detenido Juan Manuel Martínez Moreno, simpatizante activo de la APPO; después de 16 meses consiguió su libertad, al no encontrársele culpabilidad alguna. Tanto familiares como compañeros de organización consideraron que sólo fue un chivo expiatorio del exgobernador Ulises Ruiz Ortiz.

Ahora con esta contradicción se vuelve a enturbiar el caso, ya que el abogado de la familia de Brad Will se mostró cauteloso en la hipótesis del asesino solitario porque ese hecho tuvo relación con otros que se cometieron de manera concertada.

Con cosas como ésta, es muy posible que los familiares del periodista asesinado terminen desconfiando en la “resolución oficial” del caso y terminen convencidos de que el tipo detenido no es más que un cómodo chivo expiatorio, por añadidura “comunista”, para salir del paso de este duro dilema que estaba empezando a volver a resonar en vísperas de las elecciones presidenciales a llevarse a cabo en julio del 2012 con el Partido Acción Nacional jugándose su permanencia en la silla presidencial. Y hay desde luego fuertes sospechas de que detrás de quienquiera que haya sido el autor material del crimen hay autores intelectuales, de que no fue un crimen llevado a cabo sin propósito alguno sino que, por el contrario, tenía un propósito bien definido tal como el de desacreditar los movimientos de protesta que se estaban llevando a cabo en Oaxaca y que ya le estaban ocasionando un verdadero dolor de cabeza al Presidente panista Vicente Fox:

Familia de Brad Will pide mantener abierto el caso por si hay un autor intelectual
Pedro Matías
Agencia APRO
24 de mayo del 2012

Miguel Ángel de los Santos, abogado de la familia de Bradley Roland Will, pidió a la Procuraduría General de Justicia del Estado mantener abierta la investigación sobre el asesinato del periodista durante el conflicto sociopolítico de 2006 en Oaxaca, para determinar si hay un autor intelectual.

Aunque consideró positivo que la PGJ retome líneas de investigación que el gobierno de Ulises Ruiz y la Procuraduría General de la República (PGR) se negaron a indagar (disparos a larga distancia), se mostró cauteloso en la hipótesis del “asesino solitario”.

En ese sentido, pidió a la PGJ que “no baje la guardia” para que pueda seguir aportando pruebas por si hay una autoría intelectual.

Por su parte, Lenin Osorio Ortega o Emelio Lenin Osorio Ortega, presunto asesino solitario del periodista Brad Will, se reservó su derecho a declarar durante su declaración preparatoria.

Osorio Ortega fue detenido ayer alrededor de las 07:30 horas en Santa Lucía del Camino por elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones como presunto autor material del homicidio calificado del camarógrafo de Indymedia, Bradley Roland Will, ocurrido el 27 de octubre de 2006.

De los Santos consideró que es necesario indagar en el entorno de la persona indiciada y el móvil que pudo tener para dispararle a Brad, y si efectivamente obedeció a un impulso personal o si atendió a una acción orquestada y premeditada.

Por ahora, agregó, “puede ser que genere dudas que sólo sea él (Lenin Osorio Ortega) la persona involucrada; pero como representantes legales de la familia de Brad no podemos demostrar, aunque hemos sugerido no bajar la guardia”.

Finalmente, De los Santos consideró que se les debe fincar responsabilidad a los exfuncionarios del gobierno estatal por desvirtuar las investigaciones. “Es innegable que hubo irregularidades y si se determina que hubo desviación en la procuración de justicia, puede generar responsabilidades a los involucrados”, subrayó.

1 Comentarios:

Blogger Spectator2006 said...

El viernes 17 de octubre del 2008, la Procuraduría General de la República anunció haber encontrado -por fin- al asesino del periodista norteamericano Bradley Will. También fueron acusadas por lo menos otras ocho personas, todas ellas integrantes de la APPO, de haberle brindado protección al asesino del camarógrafo estadounidense.

En relación a este arresto, tenemos el siguiente editorial de Jorge Zepeda Patterson del 19 de octubre del 2008 titulado "Morir dos veces":

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La PGR ha concluido que a Brad Will lo asesinó la propia APPO, no un esbirro del gobierno de Ulises Ruiz.

Nuestra justicia forense nunca ha tenido la calidad que exhiben los investigadores de CSI o lo documentales de Discovery Channel, capaces de describir lo que había comido Billy the Kid el día que fue asesinado, hace 137 años. Los peritajes nunca habían sido nuestro fuerte, pero hoy en día, contaminados por necesidades políticas, están peor que nunca.

Después de dos años de la muerte del periodista estadounidense Bradley Will en Oaxaca, la PGR ha logrado “descubrir”, repentinamente, una versión diametralmente opuesta a la que se conocía hasta ahora. Resulta que los disparos no fueron hechos desde más de 30 metros de distancia como lo habían demostrado videos, testimonios y reportes forenses del cuerpo y la ropa de la víctima, sino que fue liquidado prácticamente a quemarropa, a no más de dos metros de distancia. La media cuadra de diferencia no es un asunto menor, porque de allí se deriva que el asesino no fue un esbirro de la policía de Ulises Ruiz, gobernador de Oaxaca, sino uno de los manifestantes entre los que se encontraba el periodista. En suma, la PGR ha concluido que lo asesinó la propia APPO.

Lo menos que se puede decir de una conclusión tan extemporánea y tan conveniente políticamente para los intereses del PRI oaxaqueño es que inspira desconfianza. Particularmente cuando nos enteramos de que la PGR agradece haber contado con la valiosa colaboración de los cuerpos policiacos y autoridades del gobierno oaxaqueño, principales sospechosos antes del conveniente dictamen.

Justamente hace una semana, la CNDH emitió una recomendación en sentido contrario a las indagatorias de la Procuraduría oaxaqueña, pues éstas presentaban graves inconsistencias, eran incompletas y desechaban versiones y datos relevantes para conocer quién estuvo detrás del homicidio. A partir de sus propios peritajes, entre otros el análisis de la demora entre el sonido del disparo y el grito de dolor de Brad Will que se escucha en el video, la CNDH concluye categóricamente que fueron dos proyectiles lejanos y que no se originaron entre el grupo que lo rodeaba.

Esperemos que la CNDH sostenga su dictamen, aunque no hay garantía al respecto. No hace mucho, en el caso de la anciana indígena de Zongolica, modificó el peritaje inicial que establecía una violación tumultuaria de parte de militares, por otra que atribuía la muerte a causas naturales (gastritis), para coincidir con la versión de Felipe Calderón, urgido de descartar cualquier sospecha sobre el Ejército. Eliminar 30 metros es un mero detalle, si se consideran las modificaciones radicales que se hicieron a la autopsia de la anciana.

Los periodistas no tenemos herramientas de análisis forense o peritajes ajenos a las versiones institucionales. Lo que sí tenemos es un largo recuento de casos en que las conclusiones terminan coincidiendo con las necesidades políticas del momento. La tragedia de Oaxaca tiene todos los visos de haberse resuelto por la vía de un chivo expiatorio a modo. Un miembro de la APPO ha sido detenido y podemos estar seguros de que la (in)justicia oaxaqueña habrá de cebarse en su contra con todo el peso del dictamen de la PGR.

Pero la mayor injusticia es contra el propio Bradley Will. A juzgar por las evidencias que ofrece la CNDH, no sólo habría muerto a manos de las fuerzas cuya represión intentaba denunciar periodísticamente. Peor aún, su asesinato habrá sido imputado al movimiento al que intentaba comprender y dar voz para el resto del mundo. Pobre Brad, asesinado dos veces.

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Lo más fácil es aceptar ciegamente sin duda alguna la solución dada al caso del asesinato del periodista norteamericano Bradley Will y al arresto llevado a cabo por la PGR del presunto autor material del crimen, Juan Manuel Martínez Moreno, y dar por cerrado el caso esperando que la justicia aplique duramente todo el peso de la ley en contra del presunto culpable.

Sin embargo, hay algo que aún no ha sido aclarado.

¿Por qué razón habrían de matar los manifestantes de la APPO a un periodista que sabían que estaba del lado de ellos y no en contra de ellos?

Esto no es lo único que pide a gritos ser aclarado.

No está claro cuál haya sido la "prueba mágica" salida prácticamente de la nada para resolver un crimen que tenía dos años sin ningún avance en las investigaciones.

Y a las anteriores interrogantes, ya están saliendo a relucir algunas observaciones sobre cosas raras en torno a la resolución del caso.

Resulta extraño, por no decir sospechoso, que se le haya dado por fin "solución" expedita al caso tras dos largos años justo cuando le quedan menos de 100 días en el poder al Presidente George Bush y cuando todas las encuestas señalan que el Partido Republicano está por ser expulsado de la Presidencia en los Estados Unidos para dar entrada a una nueva personalidad que podría no ser tan favorable al régimen de un Presidente mexicano salido de la derecha en alianza con la extrema derecha para la retención del poder.

En un editorial titulado ¿Quién mató a Brad Will? publicado el 21 de octubre del 2008, el afamado analista y editorialista Miguel Angel Granados Chapa (Premio Nacional de Periodismo en 2006, y receptor de la medalla Belisario Domínguez 2008) nos dice lo siguiente:

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No se sabe legalmente quién mató a Bradley Roland Will. Puede presumirse, sin embargo, que no fue Juan Manuel Martínez, consignado por la Procuraduría General de la República como el probable homicida, y al que el juez de su causa debe dejar libre cuanto antes por la inconsistencia de la acusación.

Es que la PGR se limitó a hacer suya la averiguación previa de la Procuraduría de Justicia de Oaxaca, una indagación plagada de insuficiencias e irregularidades según detalló la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que la descalificó, como ha hecho también con la realizada por la Fiscalía Especializada en Delitos Cometidos Contra Periodistas, una borrosa oficina que hasta ahora sólo era inútil y a partir de este caso es peligrosa.

Brad Will, camarógrafo de la agencia Yndimedia fue asesinado el lunes próximo hará dos años. Desde semanas atrás informaba sobre el conflicto que enfrentaba a la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca con el gobernador Ulises Ruiz.

En aquel 27 de octubre de 2006 caminaba en la descubierta de una columna de appistas hacia la cabecera del municipio de Santa Lucía del Camino, conurbado con la Ciudad de Oaxaca, en una de las muchas expresiones de descontento y protesta contra el gobernador, en el curso de un enfrentamiento que había causado ya cerca de 20 víctimas sin que el gobierno local hiciera nada por esclarecer los casos, omisión entendible si se considera que diversos indicios apuntaban hacia agentes de la autoridad como verdugos de ciudadanos.

La cámara del propio Will, y testimonios de personas presentes en el lugar dieron cuenta de que agentes policiacos de Santa Lucía dispararon contra la pequeña multitud, y además del periodista norteamericano mataron a dos manifestantes, Emilio Alonso Fabián y Esteban López Zurita. Según diversos indicios, el asesinato de Will habría sido cometido por un regidor de aquel municipio, Abel Santiago Zárate y un gendarme local, Oswaldo Manuel Aguilar Coello, que fueron detenidos pero pocas semanas después quedaron en libertad.

En el entretanto, la procuradora Lizbet Caña empezó a difundir la especie, no sustentada en una indagación formal, de que Will habría sido asesinado por miembros de la Appo, que se hallaban muy cerca de él.

Desde esa proximidad le habría disparado un tiro al que un rato más tarde seguiría otro, para rematarlo, mientras se le llevaba a un hospital.

Esa conjetura ha sido ahora validada por la PGR, que el jueves detuvo a Juan Manuel Martínez como autor del crimen. Más que una acción ministerial, la fiscalía que debe perseguir a quienes atentan contra periodistas consumó una acción política, que se suma a la estrategia que desde hace dos años hizo del gobierno panista (con Fox inicialmente y con Calderón después) el aval de Ulises Ruiz, su seguro para mantenerse en la gubernatura.

Precisamente a raíz de la matanza de Santa Lucía del Camino, en que Will fue una de las víctimas, y cuando sólo faltaba un mes para que su sexenio concluyera, Fox envió a Oaxaca a la Policía Federal Preventiva, que se convirtió en el brazo armado de Ruiz (a quien no le faltaban cuerpos represivos) que con violencia y transgresiones a la ley apaciguó a la población hasta entonces alebrestada.

En torno de esos hechos, y con notable demora, la Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió el 26 de septiembre pasado su recomendación 50/2008, dirigida al procurador federal Eduardo Medina Mora, al gobernador Ruiz y al líder de la legislatura oaxaqueña (todavía formalmente llamado, como símbolo del atraso político de esa entidad, presidente de la Gran Comisión del Congreso).

Sobresale en el sustancioso documento la radiografía crítica sobre la actuación del ministerio público local, que incurrió en una descomunal suma de irregularidades y omisiones.

A título de ejemplo de lo ocurrido sólo en las horas siguientes al homicidio, según se lee en una síntesis de la recomendación, “el agente del ministerio público… no dio intervención al perito criminalista, ni se trasladó de inmediato al lugar para el levantamiento, preservación y embalaje de indicios, además de que no dictó las medidas para preservar el lugar ni realizó la cadena de custodia de la cobija en la que iba envuelto el cuerpo del periodista, omitió dar fe ministerial de ésta y preservarla: realizó de forma deficiente la inspección ocular del lugar de los hechos, al igual que la descripción de la camiseta que portaba” el periodista asesinado.

“Asimismo, omitió interrogar a detalle a los testigos, así como citar a otras personas a las que se vinculaba con los hechos, no obstante que fueron mencionados en algunos testimonios y notas periodísticas así como en imágenes que fueron mostradas por televisoras en videos que difundieron” (Ese es el caso de Santiago Zárate y Aguilar, inicialmente inculpados, y Juan Carlos Sumano, captados cuando disparaban sobre los manifestantes).

En otro género de omisiones, cuando la procuradora Caña trazó la ruta para inculpar a la Appo del asesinato, sosteniendo que los balazos mortales se dispararon casi a quemarropa, a dos metros de distancia cuando más, el ministerio público se abstuvo de practicar “diligencia alguna para obtener mayores datos que permitieran la localización y la consecuente presentación de (las) personas ubicadas en el lugar de los hechos...cerca del agraviado” y por lo tanto no se aportaron elementos “para robustecer o desvirtuar la versión de que el victimario se encontraba cercano al periodista…”…

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Queda, desde luego, la resignación de aceptar sin mayores cuestionamientos la solución oficial dada al caso con la finalidad de que el acusado pueda servir las veces de chivo expiatorio para dejar atrás este penoso caso y darle una vuelta a la hoja. Sin embargo, habrá quienes seguramente insistirán en quedar satisfechos con la resolución que se le dé al caso sin aceptar una posible fabricación de culpables; y estos son los familiares del periodista, los cuales no se conformarán tan fácilmente con una resolución que no les sea completamente satisfactoria.

miércoles, 22 octubre, 2008  

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